miércoles, 2 de julio de 2014

Hollywood segun Woody


Woody vuelve a protagonizar una película, esta vez en una poco entretenida comedia sobre un neurótico director de cine.

Antes de comenzar con la critica, tuve el agrado de observar el documental dirigido por Robert B. Wide, titulado "Woody Allen: A documentary". Uno de tantos reconocimientos y recorridos por la carrera del artista neoyorquino que no solo se convirtió en una figura destacada del cine norteamericano, sino que su prestigio le valió para instalarse como uno de los directores mas influyentes del universo cinematográfico en la historia, es el argumento central del trabajo de Wide. Sin embargo, el documental no solo tiene en cuenta la amplia trayectoria filmografica del genio, sino que también hace foco al rol de comediante, escritor y músico en los que se ha perfeccionado Woody, dejando presentar al mundo, a lo que yo denomino un verdadero ARTISTA.


Sin embargo, a igual que sucede con muchos de los faros que iluminan el océano inmenso de Hollywood, y mas precisamente a los pertenecientes de la escuela indi, van sufriendo a lo largo de su carrera, algo que estuve reflexionando hace poco y lo llamo un proceso de mecanización. Diferentes referentes y universalmente reconocidos por su autoria (destacados del cine moderno) como Scorsese, Coppola, los hermanos Coen, Danny Boyle, Clint Eastwood y tantos otros, han experimentado una especie de metamorfosis progresiva, y en otros casos estacionaria, que desencadenaba en la perdida de la huella de estilo subordinada por un producto de lógica industrial. Que han pertenecido siempre a la industria no quedan dudas, no se discute. Pero siempre se supo que a pesar de pertenecer al terreno hollywoodense siempre mantuvieron el prestigio y las libertades de construir historias independientes del mercado audiovisual y hasta arriesgar venta de taquillas por el deseo de elaborar una obra artística. Y a pesar de ello, hay ciertos tropiezos o interrupciones en sus carreras, donde sin razones bien explicadas o por diferentes cambios en los rumbos narrativos y la busqueda de otro estilo, han renunciado a su firma de buen arte, entregandose a ordenes comerciales de lógica consumista o "pochoclera" en las que mandan los grandes estudios de Hollywood. La justificación a esa perdida no es la posibilidad de un nuevo destino, sino mas bien una presión avasallante de la industria sobre los caminos de la autoria, que principalmente se destaca en los primeros filmes de los representantes de la escuela indie.


En este contexto pretendo criticar y explicar la película de Woody Allen, que a pesar de que considero un gran artista y al que respeto como cineasta, ha pasado por el proceso de mecanización convirtiendo de sus films tan característicos, un producto mas.


En su universo particular, Woody Allen no para de incursionar en su vasta carrera como cineasta y esta vez no fue la excepción. Tal cual hiciera en sus éxitos artísticos como “Hannah y sus hermanas”, “Roma con Amor” y los “Secretos de Harry”, encontramos en “Un final made in Hollywood” la narrativa woodyallense un poco repetitiva y sin el golpe humorístico y entretenido al que nos tiene acostumbrados con sus comedias.


El filme “Un final made in Hollywood”, estrenado en 2002 y protagonizado y dirigido por Woody Allen, acompañado actoralmente por Tea Leoni, cuentan la extraña vida de un flamante director de cine, Val Walxman (Woody Allen), que luego de su majestuosa trayectoria cinematográfica y dos Òscar se encuentra en el total fracaso laboral, realizando publicidades de poca monta. Además, sufre que su ex esposa se ha haya ido con un exitoso productor de Hollywood. Su ex esposa Ellie (Tea Leoni), reconoce sus dotes artísticos, y escribe un guion que resulta ideal para la dirección de Val. El hecho de que antes del rodaje, el director se quedara ciego inicia una frenética desventura de hechos que lo harán filmar la película a pesar de su ceguera.


La característica marca del neoyorquino ha sido un emblema dentro del cine norteamericano, y su vasta filmografía la justifica, pero que en esta película falló. La trama se desarrolla bastante naturalmente, sin altibajos impactantes y su clásico humor hilarante o sutil no logra el efecto humorístico logrado tan bien en “Hannah y sus Hermanas” o “Los secretos de Harry”. La historia del director o escritor frustrado y atormentado por ciertos problemas psicológicos o de pareja ya son un personaje fetiche del cineasta, y en este caso la construcción de Val Walxman no logra la efectividad de los otros y tampoco su historia la potencia.




El argumento es realmente interesante y la idea de expresar la realidad de las producciones hollywoodenses en un subliminal sentido crítico, mezclado con humor, pierde fuerza con diálogos débiles y escenas vacías que hacen la historia aburrida. El recaimiento en más de lo mismo, sin lograr dibujarnos una sonrisa es lo que hace que una gran idea argumentativa no nos termine de satisfacer. El contenido y su idea es clara pero la forma de expresarlo no es la mejor y es allí donde el espectador se siente desilusionado. Sin embargo, algunos puntos a favor se dan en un guion que resalta la crítica y cierta lectura reflexiva sobre el disparatado mundo de las producciones de Hollywood y todos los hechos por detrás de cámara que hacen a la realización de la película y que raramente conocemos.



Sin lugar a duda, “Un final made in Hollywood”, es una de las realizaciones que dejan mucho que desear dentro de las grandes obras del director neoyorquino, y por ello también está justificado que sea un film tan poco conocido y casi perdido en la biblioteca filmográfica de Allen.


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