La
reciente película protagonizada por la pareja juvenil de Divergente, llego a
los cines para deshidratarnos a llanto con un relato dramático sobre el cáncer
y un amor inusual
“Bajo la
misma estrella”, historia basada en la novela homónima de John Green, llega a
las pantallas grandes de la mano del director Josh Boone y poniendo a la dupla
estelar juvenil del momento: Shailene Woodley y Ansel Elgort. Boone encara su
segundo proyecto cinematográfico, con la comedia romántica “Stucke in Love”,
protagonizada por Natt Wolf, a quien volvería a convocar para esta película
interpretando al carismático y gracioso Isaac. Sin muchos más datos específicos
sobre la película, cierro este primer párrafo informativo, agregando la
aparición del consagrado William Defoe que se pone en la piel del escritor
Peter Van Houten.
La
desgarradora historia de “Bajo la misma estrella” tiene como punto central la
sensibilidad a carne viva. Hazel Grace y Augustus Waters arrastran una afeccion
cancerígena, en ella su cáncer de tiroides y problemas respiratorios la obligan a llevar un tanque de oxígeno a donde vaya, y Gus con una
osteosarcoma que lo encuentra con el reemplazo de su pierna por una ortopédica.
El escenario se completa con el mejor amigo de Gus: Isaac, con quien comparten los
momentos más graciosos de la película, dejando leer también la conformación de
una fuerte amistad. Hazel Grace es quien narra la historia de su vida, marcando
la relación con Gus como la parte más trágica y feliz de su vida. Interesante
paradoja.
Para comenzar
a profundizar y darle la vuelta analítica a este film me parece correcto
mencionar la explicación de mi título. Poco tiene que ver con la película del
gran Stanley Kubrick, pero si se encuentra argumento al concepto mecánico al
que recurro cuando digo que “Bajo la misma estrella” va creando un climax
forzado de escenas donde el espectador parece obligado a soltar una lagrima.
Desde el comienzo es constante la marcada utilización de los primeros planos
para fortalecer los diálogos sensibles y emotivos, acrecentando en las caras de
los personajes principales un espejo de tristeza y pena que al espectador sin
duda conmoverán por lo menos un poco. Lo malo de esto es que sea repetitivo y
que no sea sorpresa en ninguna escena, a pesar de que lo que esté sucediendo es
un dramatismo profundo. Además hay que señalar el condicionamiento previo del
espectador, al saber que esta película ha sido increíblemente inflada y vendida
por toda la prensa como la causante de inundaciones de lágrimas en todas las salas
norteamericanas. Crean o no, esto condiciona bastante y desilusiona si el
resultado no es el efectivo, pero no es de mucha importancia. Es necesario
aclarar, que estos argumentos no son los primeros en el cine, pero si resulta
muy polémico el instalar la temática del cáncer en estos tiempos. Este es el
ingrediente certero y que seguramente inflara los bolsillos de los encargados
de filmarla.
Y entonces
nos preguntamos ¿Esta peli ya la vi? Seguramente si la vimos, si apelamos a las
historias más melosas de protagonistas jóvenes que culmina con tragedias
inexplicables. Pero hay algo más que podemos pensar con “Bajo la misma
estrella”: El humor. El humor como giro ligero a un argumento que pretende
dibujar algunas sonrisas antes de romper en llanto y hundirnos en la tristeza
de los personajes. Es sin duda este el punto más fuerte que destaco y los hago
cargo totalmente a los personajes de Gus e Isaac, tan bien interpretados por
Wolf y Elgort. La humanidad optimista, carismática y esperanzadora que iluminan
un camino tiene un final trágico, embellecen la pantalla con algunas ilusiones
de salvación, que poco a poco van agotándose, pero que por lo menos dejaron
reír fugazmente y equilibrar el oscuro futuro. He aquí, la fórmula que
convierte al relato en más que una película análoga a la tragedia del amor
sheakesperiano. La idea está plasmada en enamorar al espectador, y derrumbarlo
por completo luego. Algo positivo que marcar en cuanto al dinamismo y mantener
en vilo al espectador.
Me encantaría
marcar algunas reflexiones interesantes, partiendo de las premisas de Hazel
Grace. En una parte ella dice “Lo peor
para mis padres es saber que yo me voy a morir antes que ellos”. Argumento
implícito desde que le diagnosticaron la enfermedad terminal del cáncer, y
donde su único objetivo es disminuir la cantidad de víctimas afectadas luego de
su “explosión”. Me permito aplicar esta
analogía de la línea biológica padre-hijo, para explicar la relación que
mantiene con Augustus. Ella como protagonista sentí que concibe a Gus (tal como
si fuera su hijo) y decide adoptarlo en su vida como alguien importante. Se
enamora y comienzan sus primeros miedos:Convertir a Gus en la victima más
sufrida al final del camino. Pero sin embargo la fuerza de crecer con la única
persona que puede corresponder sus sentimientos, es la que la hace continuar
(la esperanza de convivir en un pequeño infinito). Ambos son conscientes del
reloj de arena en el que viven, y también saben de qué no hay muchas esperanzas
de que alguien pueda darlo vuelta, y así continuar. Pero el enigma está en
quien llega a la meta primero. Y es allí donde se explica la analogía, cuando
Hazel comienza a ver que el deterioro de Gus es progresivo y comienza a
prepararse para su partida, algo impactante que no esperaba vivir, pensando que
sería al revés. Tal cual piensan los padres cuando inician el camino de sus
vidas acompañados por sus hijos.
Este
pensamiento es el que más me marco dentro del relato, y necesitaba compartir la
reflexión sobre como la vida a veces esquiva los destinos predeterminados, y
como enfrentamos a la muerte como algo asegurado desde que nacemos. Esa es la
premisa por la que reza Hazel: El fin indiscutido. Sea por lo que sea todos
desaparecemos, dejando o no huella en este mundo, olvidados o recordados, todos
nos vamos (idea que choca con la de Gus en la intención de quedar en la memoria
universal). Una cuestión existencialista clave dentro de las sociedades
occidentales, que tanto temen a la muerte y prácticamente no hablan.
Recomiendo
totalmente esta película, y a aquellos que les haya gustado, que lean el libro,
para encontrar otras miradas y reflexiones diferentes, que a veces el cine no
termina de expresar. Las lágrimas forman parte del engranaje visual, pero eso
no es razón para empañar un buen trabajo fílmico y correcta adaptación de guion.
"EL DOLOR DEMANDA SENTIR .Y SI NO HAY DOLOR, ¿COMO CONOCERÍAMOS EL PLACER?"
-Pelipensamiento
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